domingo, 8 de agosto de 2010

PUNO: TIERRA DE LUZ, PENSAMIENTO Y LIBERTAD

PUNO: TIERRA DE LUZ, PENSAMIENTO Y LIBERTAD

Escribe: Aureliano Turpo Choquehuanca


La fundación de las “ciudades españolas”, en territorio invadido y colonizado del Tawatinsuyu, es la presencia expresiva de la política terracida (Turpo Ch. A. Pág. 213-1992), impuesta por la cruz y la espada del occidente cristiano ateo de Europa. En la hoy llamada “América del Sur” y particularmente en Ecuador, Perú y Bolivia, los gobiernos oligárquicos celebran este acontecimiento colonial, así por ejemplo, Bolivia celebró los 188 años de la fundación de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, así sucesivamente las ciudades fundadas por los españoles serán celebradas con pompa y algarabía, sin tomar en cuenta las consecuencias que trajo para los primeros habitantes de este territorio milenario del Tawantinsuyu, bautizada como “América el Sur”.


En la república criolla del Perú, la celebración de la fundación de las ciudades españolas es la rememoración del aplastamiento de nuestros centros ceremoniales, sobre todo, de nuestras expresiones culturales y monumentales, como es el caso del K`ori Kancha en el K`osk`o (Cusco). Las ciudades españolas republicanizadas como Piura, Trujillo, Lima, Arequipa, Cusco, Puno y otras ciudades hoy reconocidas como departamentos-región que son creación colonial, deben hacernos pensar en la necesidad de reconstituir la heredad etnohistórica de nuestra pertenencia territorial y trascender en el espacio y tiempo histórico civilizatorio ancestral.


La historia oficial republicana, como siguiendo la política toledana de la “colonización mental”, nos distrae con este tipo de celebraciones que no expresa realmente la solución de los graves problemas por la que atraviesan los habitantes de estas ciudades. Han transcurrido más de 477 años de vida colonia-republicana (1530-2009) y, nuestra condición de excluidos y sin derecho a satisfacer nuestras necesidades materiales y espirituales nos convierte en mendigos de la administración gubernamental centralista de la oligarquía criolla-mestiza, sin capacidad para autogobernarnos y redistribuir nuestras riquezas naturales e impulsar el desarrollo regional integral como corresponde a los seres humanos, productores de riqueza de todos los tiempos.


Ahora bien, con respecto a la celebración de los 341 años de la fundación española de San Carlos de Puno, me permite señalar la importancia que tiene nuestra región desde los tiempos inmemoriales, es decir, desde que fue el espacio histórico-geopolítico que consolidó la presencia étnico cultural del Kollasuyu-Tawantinsuyu, lo que demuestra que nuestro querido departamento de Puno ha jugado un rol protagónico en la consolidación del Estado Confederado de Pueblos y Naciones del Tawantinsuyu a partir de su propia experiencia confederativa que le dio plena autonomía de gestión y desarrollo comunitario.


La codicia y la angurria de los españoles que se asentaron en nuestro territorio, han creado formas de vida y de desarrollos socioeconómicas, políticas y religiosas totalmente ajenos a la idiocincracia de sus habitantes aymaras, kechuas, lupakas, urus, pukinas y amazonenses. Así las formas de producción comunitaria, la lógica de pensamiento cósmico kollasuyano, fue sustituido por el pensamiento euroccidental idealista y materialista, subsidiaria del sistema económico de mercado capitalista, como afirmación de la política colonizadora extracontinental. El habitante de este territorio asimila un comportamiento individualista en el marco de lo mío y se aleja de los nuestro, negándose así mismo como consecuencia de la cristianización, marxistización y castellanización, cuyo efecto colonial es la negación de su propia identidad pluricultural, de su pertenencia territorial ancestral y de su personalidad etnohistórico como pueblo y nación.


La reflexión etnohistórica con identidad cultural nos permite señalar que nuestra región kollasuyana, hoy denominada como Región Puno, tiene su presencia desde tiempos inmemoriales que se expresa en los monumentos arqueológicos, en los saberes y conocimientos ancestrales en el campo de la astronomía, la agricultura, la arquitectura, la metalurgia, la administración comunitaria, el sistema económico de la reciprocidad y la formación integral del ser humano kechua, aymara y amazonense. Este prodigio cultural se desarrolló por más de 10 mil años, como lo testimonia la ciencia contemporánea a través del carbono 14.

 
Es de suma importancia los estudios realizados por nuestros conciudadanos, Tomás E. Yupanqui Aza y René Calsín Ancco, quienes al presentarnos su reflexión sobre las primeras manifestaciones étnico culturales y su desarrollo ancestral de la región kollasuyana (Puno), nos confirma la existencia de pueblos y naciones como los pukara, lupaka, kollas, omayusuyenses, pakaxajenses y otros pueblos al que hacen referencia los historiadores como Pons Muzzo, Lumbreras, Macera, Simona Waisband y muchos otros estudiosos de nuestra civilización comunitaria de ayllus del Tawantinsuyu.
Nuestra memoria etnohistórica, hoy en día, exige de todos nosotros reconceptualizar y re-explicar nuestra historia que fue y es distorsionada permanentemente de conformidad al desarrollo del colonialismo mental, para dar perpetuidad al colonialismo interno de las sociedades republicanas administradas por la oligarquía mestiza occidentalizada. El Perú del perro del hortelano y de los izquierdizantes es el señuelo de la necesidad de emprender y hacer realidad el mensaje de Luis E. Valcárcel, en el sentido de ¡¡la tempestad vendrá de los andes!! .

Hoy al cumplirse los 341 años de la fundación española de la ciudad de San Carlos de Puno, un 4 de noviembre de 1568, que de acuerdo a los anales de la historia colonial, esa fecha es el cumpleaños del Rey Carlos V. ¿No será que ésta celebración es una forma disimulada de perennizar la imagen del rey español? Esta fecha al mismo tiempo tiene trascendencia etnohistórica y política, pues, es otro aniversario de la insurrección anticolonial española que el kechua Pedro Willka Apaza, el aymara Julián Apaza y el mestizo Tupak Amaru (1780-1783), se levantaron en armas para reconstituir la sociedad ancestral tawantinsuyano

Nuestro pueblo puneño kollasuyano en todos los tiempos, ha sido luz y pensamiento, de ahí que sus riquezas arqueológicas, su producción artística, sus conocimientos y saberes ancestrales son la fortaleza que inspira y vivifica, la grandeza milenaria de Hatun Kollas y todo aquello que nos da personalidad etnohistórica, sobre todo, identidad pluricultural que nos permitirá reconstituir nuestras formas de organización comunitaria proyectándonos al futuro con la propuesta del Gobierno Regional Plurinacional Confederado de los pueblos y naciones del Kollasuyu del siglo XXI.

Nuestro milenario Puno kallasuyano durante el período republicano brilló con luz propia, lo que hizo que sus hijos se convirtieran en los hacedores de la ciencia, la cultura y la tecnología que requiere nuestro terruño ancestral y contemporáneo. De las entrañas de nuestra madre tierra (Hallpa Mamanchis), brotaron los gritos de libertad y se solidificaron en el pensamiento anticolonial español y antioligárquico terrateniente republicano. Así encontramos la revuelta de 1666, al grito de “muera el mal Gobierno, el Rey y el Papa”, sofocada por el Virrey Conde de Lemus en 1668, que impidió que Puno Región se “convirtiese en centro geopolítico y económico que balanceará el poder de Lima, Potosí o Arequipa”.(Yupanqui Aza. Pág 63-2005).

No olvidemos que la Región Sur Andina de Puno, batalló contra el centralismo limeño y se postuló por la reconstitución del federalismo de inspiración kollasuyana, en la revuelta de 1931, llegándose a conformar el partido federal. La insurrección puneña siempre ha sido por la administración de sus recursos naturales renovables y no renovables y dejar de ser el almacén o reservorio del bienestar del centralismo local arequipeño y limeño principalmente. Sin embargo, no se llegó a consolidar esta lucha por el desarrollo integral de la Región Puno, como consecuencia de la no existencia de un proyecto real de desarrollo socioeconómico, político y cultural que permita la cohesión de sus habitantes distribuidos en los distintos pisos ecológicos, depositarios de la riqueza regional kollasuyano.

Puno: tierra de luz, pensamiento y libertad es una consigna contemporánea que nos invita a repensar en nuestra heredad ancestral y de esta manera proyectar el desarrollo socioeconómico comunitario plurinacional regional. Proyecto que invita a la sociedad en su conjunto, de manera principal a sus hijos profesionales e intelectuales a recrear el futuro de la región y de esta manera emprender la descolonización y sepultar la odiosa propuesta de la “lucha de clase”, que a costa del genocidio y el etnocidio se proponen construir el “socialismo Andino Amazónico”.

 
Los tiempos han cambiado, el Apu Pachakutiq y el Inkarri retoman la tempestad de los andes, para hacer realidad la definitiva liberación plurinacional y la reconstitución del gobierno regional confederado de pueblos y naciones kechuas, aymaras y amazonenses, incluyendo a la población citadina mestiza del campo y la ciudad. Es posible la realización de este proyecto político e histórico puneño kollasuyano, pues, existe la lucidez de su pensamiento cósmico y de su voluntad férrea por transformar la herencia colonial extracontinental por una sociedad comunitaria plurinacional de convivencia equilibrada y armónica.

Los más de 477 años de vida colonial republicana del Perú criollo-mestizo no ha sido ni será una solución a los graves problemas creados por la salvaje e inhumana condición de sobrevivencia, de los legítimos herederos del bienestar y del buen vivir de los seres humanos, de ésta parte del milenario Perú Tawantinsuyano. Nuestros intelectuales y profesionales contemporáneos kechuas, aymaras y amazonenses, del siglo XX y XXI como Luis E. Valcárcel, Ezequiel Urviola, Churata, Lizandro Luna, J. Antonio Encinas, Samuel Frizancho, Roger y Néstor Cáceres Velásquez, Belarmino Mamani, René Calsín, Tomás E. Yupanqui Aza y muchos otros que escapan a la memoria, que son los exponentes de la luz, del pensamiento y la lucha por la reconstitución del gobierno regional sur andino y no de los departamento regionalizados que se convierten en meros remedos del centralismo limeño.


Finalmente en ésta fecha de importancia histórica y política para la reflexión descolonizadora, sea el inicio del día de reafirmación de nuestra heredad etnohistórica y pluricultural con espíritu transformador y que nuestra tierra milenaria, Puno Kollasuyano del Perú Tawantinsuyano, sea el bastión de las grandes transformaciones socioeconómicas, políticas y culturales del siglo XXI y de la reconstitución del Estado Plurinacional Confederado de Pueblos y Naciones del Siglo XXI, de esencia comunitaria y evitar de esta manera la evangelización socialista andino amazónico, que recorre sudamérica, como Atila el bárbaro, destruyendo la heredad ancestral y la proyección histórica y política de los pueblos y naciones kechuas, aymaras, amazonenses y de los mestizos empobrecidos y excluidos de la sociedad colonial. ¡¡He ahí mi homenaje a mi tierra puneña kollasuyana, en su día milenario de resistencia al embate de la política neoliberal del perro del hortelano!!

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.

1.- Calsín Ancco, René: Historia de Azángaro. Juliaca, 2005.

2.- Fuentes Guzmán, Hernán: Federalismo…PUNO: Región Federal Quechua y Aymara. Perú, 2009.

3.- Turpo Choquehuanca, Aureliano: El Tawantinsuyu en la reconceptualización ideológica y política del indianismo. Francia, 1992.

4.- Yupanqui Aza, Tomás Enrique: Puno su Historia. La regionalización y el desarrollo. Juliaca, 2005.

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